jueves, 23 de septiembre de 2010

La regla de oro

La regla de oro
Mateo 7:12

Mateo 7:12 Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.

La llamada “regla de oro” nos reta a tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran.

Este es uno de los desafíos más fuertes que tiene el cristiano. Como personas, normalmente tratamos a los demás tal y como nos tratan. Si recibimos un buen trato, así mismo respondemos. Si recibimos un mal trato, respondemos igual. Sin embargo, la regla de oro dice que debemos tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran, no como nos tratan. Ese hecho debe marcar diferencia entre la vida de un cristiano y otra persona. Con nuestras propias fuerzas es prácticamente imposible alcanzarlo. Pero contamos con el Espíritu Santo que está en nosotros como ayuda para lograrlo

martes, 7 de septiembre de 2010

Aunque la higuera no florezca

Aunque la higuera no florezca
Habacuc 3:17-19

Habacuc 3:17 Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales;
Habacuc 3:18 Con todo, yo me alegraré en Jehová y me gozaré en el Dios de mi salvación.
Habacuc 3:19 Jehová el Señor es mi fortaleza, el cual hace mis pies como de ciervas y en mis alturas me hace andar.

Este conocido pasaje trata acerca de la actitud que debemos tener ante la vida, sea cual sea la circunstancia que estemos pasando. Se puede concluir que Dios es más grande que cualquiera de ellas.

¿Cómo podemos llegar a una convicción de este tipo? Pienso que solo a través de una relación cercana y continua con Dios. Pasar tiempo con Él. Esto nos permite conocerlo más y saber que sus planes trascienden nuestra propia vida.

viernes, 3 de septiembre de 2010

La misericordia de Dios

La misericordia de Dios
Lamentaciones 3:22 - 23

Lamentaciones 3:22 Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.
Lamentaciones 3:23 Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.

En otras palabras, por el carácter compasivo del amor de Dios es que nosotros no hemos sido consumidos. Esa compasión nunca decae. Esa compasión se renueva cada día.

El pasaje nos recuerda que Dios es fiel, por lo que podemos tener confianza en que sus misericordias estarán con nosotros todos los días tal como lo dice el Salmo 23:6: “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
Y en la casa de Jehová moraré por largos días”.

Por eso, es bueno comenzar el día reconociendo y agradeciendo las misericordias que Dios tiene preparadas para nosotros.